sábado, 17 de enero de 2009

Alto el fuego


Nos hubiera gustado inventarnos una noticia diferente también en este caso. Nos hubiera gusta decir que no hay alto el fuego porque nunca hubo fuego. Pero de momento tenemos una tregua que quizás haga que los que sigan vivos en Gaza puedan respirar esta noche.

No decimos que puedan dormir, ni que puedan reir ni que puedan sentirse a salvo. No sabemos si podrán soñar, porque hace mucho que les arrancaron casi cualquier derecho. No podemos tampoco ponernos en la piel de ninguna de las familias que huelen día a día la hiel en las palabras de quienes son sus verdugos.

Después de asesinar a cientos de ciudadanos, de destruir lo poco que tenían y dejar solo en pie los reforzados muros del miedo y la incomprensión, los verdugos han dicho que de momento dejarán de ensuciar el suelo de sangre. Y sus palabras siguen oliendo a hiel.

Seguimos queriendo reinventar, pero hay demasiada realidad que pensar.

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