miércoles, 19 de noviembre de 2008

Un mundo paralelo

Antes de continuar reescribeindo, quizás sea el momento de hablaros de un lugar extraño y nuevo para muchos de ustedes, pero absolutamente real. De ese extraordinario lugar nació la idea de este blog y es el momento de que usted, querido lector, sepa la verdad de la historia.

Existe un mundo que solo surge en la duermevela. Huidizo a nuestros sentidos, cruza la frontera de lo demostrable pero no cae en el precipicio absurdo de los sueños. No todo el mundo es capaz de entrar en él y mantener en pie una fantasía tan frágil que no soporta un suspiro de más. La mayoría de los mortales a lo largo de toda una vida apenas son capaces de percibirla durante una fracción de segundo, otros ni siquiera eso. Pero hay unos pocos afortunados que pueden campar a sus anchas por las avenidas de esa semirrealidad efímera, perfectamente asentada en el filo de una navaja.

Son esos pocos los que perciben un mundo diferente. Tienen una sensibilidad especial originada en el aire que se respira entre las calles de la duermevela. Solo ellos han visto triunfar la revolución de los vivos contra los muertos, solo ellos han caminado entre ríos junto a un hombre de hojalata, solo ellos han dormido junto a la paz y saben que, cuando anochece, corretea entre callejones escondiéndose de sudorosos amantes que la persiguen con la lengua entre los dientes.

El problema llega cuando cruzan de nuevo la frontera. Despiertan malhumorados y pasan las horas reconstruyendo pieza a pieza en la memoria el recuerdo de una vida paralela. Desorientados y taciturnos, añoran la madrugada y luchan por no caer en la esquizofrenia.

Van por ahí mostrando su desdén por la rutina y exhiben media sonrisilla que puede resultar bastante irritable. Pero debemos perdonárselo, también son ellos los únicos capaces de darle la vuelta al mundo, de destrozar el orden natural de las cosas, de gritar “seamos realistas, pidamos lo imposible”.

Dicho esto, continuemos reescribiendo, porque la duermevela ni descansa ni perece, y está plagada de cosas tan reales como el tipo que ahora les escribe. Se lo prometo.

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